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1204 5 Diciembre 2012

 

Seguimiento de la imagen
Eligio Coronado

Monterrey.- Uno de los recursos para escribir poesía es el seguimiento de la imagen. Se trata de establecer una y luego continuarla en el siguiente verso, incorporando una variante en la cual se apoye el verso que le sigue y mantener ese procedimiento hasta que termine el texto, sea cual sea su extensión, tal y como lo hace Vicente Huidobro (Chile, 1893-1948) en su poema “Basta señora arpa de las bellasimágenes”: “Plantar miradas como árboles / Enjaular árboles como pájaros / Regar pájaros como heliotropos / Tocar un heliotropo como una música”, etcétera.

En Apartar lo blanco de la luz*, Augusto Rodríguez (Guayaquil, Ec., 1979) emplea este procedimiento en la octava parte de su poema en prosa “La última frontera” (p. 206-207): “Dentro de mi corazón hay una anciana que se acaricia el sexo. Dentro de su sexo hay un árbol que agita el viento”.

Es imprescindible que la lógica y el tono (lúdico, grave, coloquial, etcétera) del primer verso sea el mismo de los versos subsecuentes: “Dentro del viento hay un niño que llora por su padre que se ha ido a la guerra y que nunca volverá. Dentro de ese padre que se marcha hay un pasado que hierve entre sus párpados”.

¿A dónde van los poemas elaborados de este manera? Obviamente están condicionados por el ingenio o creatividad del autor más que por agotar el tema. Así se trata de un reto, un reto que Augusto libra airosamente: “Dentro de ese pasado hay una mujer que ama enloquecidamente y que se suicida una y otra vez. Dentro de esa mujer hay un futuro que nunca ella conocerá”.

Esta sección del poema de Augusto no se centra en un sólo tema: hay una anciana que se masturba, un árbol agitado por el viento, un niño que llora por su padre, un padre con un pasado que le duele, una mujer que ama en exceso, un bebé que muere en el útero materno, un veterano que recuerda a la anciana que se masturba, un barco que se hunde en alta mar, un náufrago que espera el fin del mundo, un corazón herido por la falta de amor, un recién nacido que respira el aire de los fracasados, un poema escrito por una mano sombría, miles de sueños que esperan mejorar al mundo, un millonario que cena en un restaurante de París, una pareja que hace el amor apasionadamente, una guerra de semen que se disputa la gloria, unos indicios de que nacerá el nuevo hijo de Dios, una alerta roja de que un terrorista hará explotar un restaurante, un terrorista con un corazón avergonzado y una anciana que ha alcanzado el orgasmo.

No es obligatorio que esta clase de poemas concluyan circularmente, aunque ese detalle los hace memorables y, tal vez por eso, Augusto lo cierra de esa forma: “Dentro de ese corazón hay una anciana que llega al orgasmo”.

Naturalmente, este recurso (seguimiento de la imagen) debe ser utilizado esporádicamente para no enrutinar la escritura y acabar haciendo poemas que parezcan hecho con receta. Una de las claves para no perder lectores es mantenerlos siempre sorprendidos.

Augusto Rodríguez, comp. Apartar lo blanco de la luz. 30 poetas ecuatorianos del siglo XXI. Monterrey, N.L.: Edit. UANL / Homo Scriptum, 2012. 263 pp.

 

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