Suscribete
 
1204 5 Diciembre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
La olla de los milagros
Francisco Gómez Maza

Misión imposible de don Jesús
Sepultar el cadáver de la PGR

Ciudad de México.- No sé si felicitar a Jesús Murillo Karam, o pedirle a los dioses que por piedad lo ayuden, pues se sacó la rifa del tigre al aceptar, no le quedaba de otra, el cargo de procurador general de la república.

Marisela Morales Ibáñez se va de esa olla de los milagros con toda mi admiración, porque tuvo olfato para aguantar la podredumbre en ese brazo represor, corrupto, y lo que usted pueda imaginar. Y no se le permitió nada…

Y si Marisela es admirable, más lo es el ex gobernador de Hidalgo, quien ya debe de estar consciente –no es ningún ingenuo– de la hediondez que le espera en el escritorio desde donde dirigirá la política de “procuración de justicia” (procuración de qué). Don Jesús fue encargado por el presidente Enrique Peña Nieto para ser el primer prosecutor de la nación, como le dicen los estadounidenses al equivalente del ministerio público.

Pero… Tal vez lo mejor sería comenzar desde cero. Derruir ese ente infectado por el cáncer de la corrupción y, sobre su cadáver, construir una auténtica procuraduría de justicia. Porque en las actuales circunstancias, lo que le espera a Murillo Karam, quien hasta ayer paladeaba las mieles de la presidencia de la mesa directiva de la LXII Legislatura de la Cámara de Diputados, es el vituperio si no se deshace de ese bodrio, en el que quien no cae resbala.

Lo menos que se encontrará el procurador de don Enrique es un montón de cadáveres, unos aún calientitos, otros podridos, otros hechos polvo, en los closets y en los sótanos de la PGR. Claro, hablando en sentido figurado.

Don Jesús deberá de tener tamaños, y todo el apoyo de su jefe, el presidente de la república, para rehacer al ministerio público. Murillo Karam tendrá prácticamente que empezar como si la procu jamás hubiera existido, como si lo que hubo fue una pesadilla, como la inmunda Olla de los Milagros de París, o las mazmorras de la Santa Inquisición, o los hornos crematorios de la Alemania de Adolfo Hitler.

Basta con que le meta el dedo a ese cadáver y por donde sea brotará un chisguete de pus. Murillo Karam toma posesión no de la Cueva de Alí Babá y sus Cuarenta Ladrones, sino del infierno de Lucifer, porque si Satanás viviera en este país de los milagros, su centro de operaciones sería la PGR.

El reto de Murillo Karam no será nada sencillo. Más bien, dificilísimo. Diría que imposible. Creo que habría que ser un taumaturgo para resucitar cadáveres… Ese ente maloliente no tiene remedio. Mire lo que le espera, don Jesús. No es un honor. Honor era presidir y lidiar con los 599 diputados en San Lázaro y luego comer en el más elegante restaurante de la ciudad: construir institución. De ninguna manera se trata de que sea un procurador que únicamente dedique su tiempo precioso a procesar asuntos y casos. Claro. Procesar asuntos y casos tiene que hacerlo y, más le vale, magistralmente, con solidez y transparencia.

Pero su tarea fundamental –la de don Jesús– deberá ser construir una institución basada en procesos y procedimientos confiables, con indicadores e incentivos alineados, como debiera de ocurrir en cualquier organización absolutamente confiable.

Hoy, don Jesús, una vez habiéndose ido el panista (y frustrada, doña Marisela, porque ella hubiera querido acabar de tajo con ese antro de perdición), la Procuraduría General de la República es una caja negra –decir catafalco es elegante– y lo que pasa adentro no es bonito.

Qué es lo no bonito. Lo que usted quiera imaginar, amigo lector: ineficiencia, duplicidades, corrupción, complicidades inconfesables, impunidad. Un desorden tremendo. Ah. Y es arca abierta, donde meten la mano mañosa hasta los justos.

Qué horror. ¿Imaginaba usted algo más macabro; don Jesús? Pues Sí. Esto es lo que le espera al nuevo procurador. Le deseo que tenga un gran éxito en esa nada envidiable tarea.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com