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11 de mayo de 2010
15diario.com  


 

ANÁLISIS A FONDO

Migrantes, ni narcos ni terroristas

Francisco Gómez Maza

  • Sólo van a EU en busca de un futuro más digno
  • La droga la tienen los gringos hasta en la cocina

mazaimgComprensible, pero no justificable que las autoridades del estado de Arizona vayan a restringir al máximo a los migrantes, particularmente mexicanos, a partir de julio venidero, mediante una ley absolutamente excluyente, discriminatoria, racista, “sospechosista”, que cogerá parejo a todo moreno que sea hallado o encontrado en la calle o en una empresa, y sea detenido bajo sospecha de ser migrante indocumentado y, por tanto, presunto narco traficante, narco menudista, narco terrorista, secuestrador, o simple criminal del fuero común. Los latinos, obviamente, han comenzado una gran batalla en contra de la legislación, firmada por la gobernadora Jan Brewer, quien, en un gesto de sentimiento de culpa, ha asegurado que espera que haya modificaciones en la controvertida ley de inmigración, que da potestad a la Policía del estado para detener a los inmigrantes sin orden de aprehensión.  En honor a la verdad, la política migratoria de Arizona no es muy distinta de la que aplica el gobierno mexicano con los migrantes centroamericanos que cruzan la frontera sin frontera en el suroriente mexicano. Los centroamericanos igualmente son detenidos sin ningún miramiento, recluidos en cárceles verdaderas del Instituto Nacional de Migración en donde no son tratados precisamente como seres humanos. De qué nos quejamos entonces.

 

En el fondo, el gobierno de Arizona está muy preocupado por la invasión de agentes de las bandas del crimen organizado, que ya controlan buena parte del territorio estadounidense debido a que la demanda de estupefacientes en el país meridional es un atractivo que los trasegadores de drogas no pueden despreciar. De acuerdo con las cuentas de la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud, 36 millones de estadounidenses habían consumido drogas ilícitas en el año 2008. Pero como todas las entradas a territorio estadounidense están férreamente controladas, los campesinos e indígenas mexicanos no son tontos y se las ingeniaron para entrar por una vía que las corporaciones policiacas no pueden vigilar porque morirían de inanición: el desierto de Arizona, por el cual caminan pesadamente y a diario, de día y de noche, expuestos a la insolación, al ataque de fieras, los mexicanos y centroamericanos que no puede ya más pasar por las garitas por donde antes entraban inclusive sin que nadie se fijara en ellos.

 

La garita de Tijuana-San Diego era un ejemplo de la facilidad para el tránsito de personas sin visados ni tarjetas de entrada y salida. Por ahí, por ejemplo, por mencionar sólo una, ingresaban diariamente cientos de miles de mexicanos y muchos hasta saludaban a los guardias aduaneros, sin que estos se tomaran la molestia de solicitarles sus papeles migratorios.

 

Pero ni hubo reforma migratoria, ni la enchilada completa que alguna vez pretendió el fugaz funcionario del gobierno de Vicente Fox, el ex secretario de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda. A pesar de las tumultuosas manifestaciones en todas las grandes ciudades estadounidenses, la Cámara de Representantes ni vio ni oyó y la reforma migratoria, que el presidente Bush, le dio el nombre de “integral”, quedo durmiendo el sueño de los justos. Ahora, el presidente Barack Obama está tan ocupado en la salvación del sistema financiero, en el terrorismo, en la crisis de Grecia, que le tiene sin cuidado el fenómeno migratorio, aunque haya manifestado su malestar por la ley de Arizona, que para él es una aberración. Pero el gobierno estadounidense está cosechando lo que sembró. Sembró odio racial y está cosechando el odio racial más diabólico. Y pareciera que esta actitud se ha extendido ya a por lo menos una docena de estados de la Unión que están por implantar leyes migratorias tan rígidas y excluyentes como la de Arizona, con el pretexto de que los migrantes hispanos son potenciales criminales y no el activo importante que participa en el crecimiento de la economía nacional con un 20 por ciento del Producto Nacional Bruto, mediante empleos y trabajos que a los estadounidenses no les interesa aunque estén muriendo de hambre: jardineros, jornaleros, lavaplatos, meseros, Detener trabajadores mexicanos poco cualificados y amurallar toda la frontera probablemente no resolverá el problema.

 

Es tentador formular el problema del crimen organizado como una cuestión de soberanía (en otras palabras, ¡los mexicanos nos están invadiendo!) pero eso ignora el rol de la demanda de estupefacientes. La solución tiene que empezar con el reconocimiento de que el tráfico de drogas a través de Arizona, una preocupación clave de los ciudadanos de ese estado, es producto de una compleja serie de políticas estadounidenses fallidas, como lo ha comentado la periodista del The Wall Street Journal, Mary Anastasia O’Grady. La epidemia del crimen organizado en América Latina, alimentada por una política anti-drogas de Estados Unidos que comenzó hace cuatro décadas, está alcanzado a las ciudades estadounidenses. Poderosas redes criminales que suministran a los usuarios gringos se están volviendo cada vez más audaces a la hora de expandir sus negocios.

 

En 2008, las autoridades de EU indicaron que los carteles mexicanos de la droga abastecían a sus clientes en 195 ciudades estadounidenses. La mayoría de los estadounidenses comprenden intuitivamente que los inmigrantes son un activo. Los inmigrantes que se dirigen hacia el norte son ambiciosos. Muchos viajan lejos, caminando a paso pesado a través del desierto durante varios días seguidos o exponiéndose a grandes riesgos con traficantes de personas. Vienen en busca de un trabajo pagado, una oportunidad de crear una empresa o simplemente esperan un mejor futuro. Su viaje es la esencia misma de la ética de trabajo. Es un hecho lamentable de la política estadounidense que el problema inmigratorio en Arizona fue creado por el gobierno federal. Durante gran parte de la última década, EU ha necesitado mano de obra joven y entusiasta y América Latina la ha provisto en exceso. Las autoridades de Washington, no obstante, se han rehusado a concebir un plan de inmigración legal que pueda responder a esta realidad del mercado. El Congreso de EU ha preferido, en cambio, amurallar la frontera de California.

 

http://analisisafondo.blogspot.com /analisisafondo@gmail.com /  http://lacomunidad.elpais.com/analisisafondo/2010/5/10/analisis-fondo-migrantes-ni-narcos-ni-terroristas

 

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