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902 10 Octubre 2011

Fraude 2006
Samuel Schmidt

Los Ángeles, California.- Dicen que un científico se le acercó a López Obrador (AMLO) para mostrarle los resultados de un análisis matemático al PREP (donde se mostraban los resultados preliminares del conteo electoral) que mostraban anomalías, esa era una manera elegante de decir que se había encontrado evidencias de un posible fraude electoral. El político no lo tomó en consideración porque esperaba mostrar un fraude convencional. Tal vez la poca formación científica de AMLO no le permitía ver que las matemáticas habían encontrado cierto juego sucio; esto aunado al hecho de que el cuñado de Calderón manejara el padrón electoral le permitía introducir un algoritmo para modificar los resultados.

En contra del fraude de Carlos Salinas cuándo dijeron que se cayó (calló dicen otros) el sistema, y que supuestamente fue para poder acomodar los datos electorales que le dieran el triunfo al priista, el de Calderón podía ser el primer fraude electoral cibernético de México. 

Jorge López escribió un libro (Fraude 2006), donde recopila varios de los estudios que aplicaron modelos matemáticos a los resultados electorales y todos demuestran anomalías. Llegan a la conclusión que los resultados electorales difícilmente pueden presentarse en la realidad, entre estos hay gráficas espejo, por ejemplo, los votos para el PAN aumentan en una gráfica contraria a la perdida para el PRD, lo que inusual especialmente porque no es una competencia entre dos. Otro estudio encuentra que al hacer una regresión el PRD empezó la jornada en menos cero mientras que el PAN empezó por arriba de cero, estadísticamente es posible pero no en la realidad, a menos que algunas urnas hubieran empezado con algunos votos adentro. Otro demostró que para darse esos resultados debían realizarse elecciones todos los días durante muchos años.

La autoridad electoral reconoció que había casillas problemáticas y todas las que se abrieron reflejaron anomalías, los estudios matemáticos de esas casillas mostraron coincidencia con las tendencias que habían aparecido en los modelos sobre el PREP en general.

El caso es que las matemáticas no mienten, no son una elucubración, ni son el resultado de la mente enfermiza de un científico que está sentado tras una mesa en su torre de marfil. Los datos alimentados a un modelo matemático parten de la realidad y la realidad son los datos disponibles y en el caso de los estudios que comentamos, fueron producidos por la institución encargada de manejar el proceso electoral (Instituto Federal Electoral). Los científicos que realizaron los estudios gozan de una reputación inmaculada en sus distintas disciplinas y ninguno pertenece a partido político alguno. Ellos sostienen que el estudio lo motivó un comportamiento inusual de los resultados electorales que el IFE mostraba públicamente.

El problema político no es el escaso margen porcentual con el que se resolvió la elección, porque cuando el resultado lo determina la mitad más uno, con un solo voto había ganador, pero hubo demandas de fraude electoral que el IFE manejó con extrema torpeza. Frente al conflicto desatado había una solución drástica pero contundente, recontar los votos, pero se rechazó con las excusas más triviales posibles, entre ellas la queja del que se decía despojado.

Muchos cuestionan que cinco años después sigamos discutiendo el resultado dudoso de la elección, como si debiéramos tener una actitud tolerante a las malas acciones del pasado. Pero este tipo de investigación tiene diversos valores:

1) Enriquecer la historia. Una elección presidencial es un evento fundamental para la historia política y si en plena alternancia se perpetúan los patrones de fraude electoral, podremos entender que la transición está atorada porque prevalecen los peores vicios.

2) Mejorar las instancias de gestión pública. Si se estudia la forma de las anomalías se podrá prevenir su repetición en el futuro, lo que implica una contribución fundamental para la democracia, con ésta información a la mano el IFE puede blindar al sistema para el 2012 y garantizar una elección limpia y legitimadora.

3) Entender la posición del presidente. Un político electo por medio de un proceso plagado de anomalías que además son denunciadas, carece de la legitimidad necesaria para conducir al país y tiende al aislamiento, lo que se convierte en debilidad. Evitar esto es fundamental para la democracia.

Durante mucho tiempo los académicos denunciamos los manejos corruptos y fraudulentos del PRI, luego entonces no hay razón para que guardemos silencio frente a conductas similares del PAN u otros partidos políticos.

La voz de la academia ayuda a que prevalezca la libertad, silenciarla representa un serio golpe a la democracia. Ya Amartya Sen alertaba sobre los riesgos para la falta de la libertad, bien harían los políticos en ponerse a estudiar un poco para que entiendan el valor de la contribución de los estudios científicos. 

 

 

 


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© Luis Lauro Garza Hinojosa