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FANTASMAS II
Ileana Cepeda
Espero tu voz, tu aliento, tu mirada. Desde la pared donde mis garras se detienen, las uñas se clavan entre las fisuras del concreto, los oídos se agudizan aguardando tus pasos, mi lengua reclama tu sabor. Ansío que llegues, que vengas vestido en mí, que tu cuello me llame y me permita tocarlo con mis labios. Te imagino caminando altivo. Delineo al aire la imagen que marcas, subrayo la redondez del mundo que llevas encima.
Desaparezco del callejón. Acecho tu ventana en las noches donde exhibes tus secretos, donde te alejas, cierras lo ojos y te pierdo. Si estuvieras aquí no te dejaría dormir. Tu cuerpo indolente presume su tibieza, me muestra tu candidez, me dibujo en tu cama, observo tus movimientos, apareo tu aliento. Gimo, grito, murmullo para que vuelvas, para que sueñes con los ojos abiertos, para que me mires.
Eterna voyeur de ti. Qué necesito para que me mires. Adornar mi cuerpo con tu exhalación. Embalsamarlo con aroma del aliento de sirenas. Lavarlo con el delirio de tu mirada. Cubrirlo en las comisuras de tus manos. Aprisionarlo fuertemente con lazos firmes, para que no se derrame cuando vea tu sonrisa.
Acecharte, vigilarte, acosarte, perseguirte, asediarte me atormenta, me duele, me acaba, me enferma.
Ven ya, voltea y mírame, sólo mírame.
Alza tus ojos a la ventana, que aún sigo ahí.
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