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DEJA
Deja que tus penas se las lleve el viento
y el calor humano fragüe tus lamentos,
deja que la brisa refuerce tu espíritu
y oxigene tu alma.
Deja que el lamento se tuerza de enojo
mientras desata su ira,
deja que la paz se inscriba repleta de luz,
deja que la gloria refuerce tu aliento.
Deja que la huella del tiempo penetre en tu corazón
y recuerde tu paso con aciertos,
deja los lamentos,
deja la quietud ociosa.
Deja la penuria,
toma la belleza,
toma lo excelso
de la naturaleza.
Toma la abundancia de la sabiduría,
toma lo fugaz de la vida
como oportunidad de ser,
toma la bondad de los corazones.
Toma la emoción de lo sublime,
toma la mirada refulgente,
toma la dicha de existir viviendo,
soñando, creando, siendo.
Toma el privilegio de la conciencia
bebe el éxtasis de la felicidad,
amando, compartiendo, extasiándote
del privilegio de estar y de vivir.
Deja que la existencia acaricie tu alma
y la llene de encuentros satisfactorios,
deja que la luz irradie y refuerce tu aura
deja de padecer, vuelve a la vida entera,
sueña, persigue, alienta… ¡Deja…!
Ruth Cordero Bencomo
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