El idioma es la verdadera patria. La Antología de escritores seriales es una muestra del poderío narrativo de la legión hispanoamericana. De ella se desprende el diagnóstico de que la lengua española goza de excelente salud, además hace patente la fecunda imaginación de los habitantes de esta vasta y diversa región del mundo. Compartir el mismo idioma con tantos países es una fortuna. Nuestro ejército de letras cada vez es más fuerte, ahora podemos dar la batalla soñada: Hispanoamérica contra resto del mundo.
Nada más incierto que vaticinar el destino de una literatura. Y sin embargo el porvenir contiene todas las posibilidades, por ejemplo la del advenimiento de un nuevo siglo de oro en la literatura española. Esta vez posibilitado por la tecnología informática. Recordemos que Kala Editorial se propuso rescatar los textos flotantes en el ciberespacio. El proyecto denominado De lo virtual a lo real consiste en poner en papel, en fijar de una buena vez, esos textos maravillosos de literatos emergentes y escritores insurgentes.
Tanto el hipertexto como el libro impreso tienen ventajas. Elegir entre los dos es ocioso: hay que aceptar a ambos. Lo demás es un falso dilema, una pregunta capciosa: ¿la flecha en el aire está en movimiento o está en reposo? Se desplaza pero conserva su misma estructura e identidad. El libro como objeto físico reposa sobre la estantería de alguna biblioteca. El libro electrónico flota en un lugar indeterminado del rizoma digital. Hoy, los hispanoamericanos nos comunicamos en tiempo real, de manera simultánea.
La quietud de las letras es un viaje, o quizá tan solo es la vía sobre la que se desplazan el tren de la imaginación y la memoria. La sintaxis es una pista de velocidad; las oraciones constituyen el mapa, el referente común, que hace posible entender a los demás: ver con los ojos de los otros. Borges confesó que siendo niño le causaba asombro la permanencia: cerrar un libro y que sus letras no se desordenaran, abrirlo y encontrar el mismo orden. Eso es un prodigio.
El título de esta colección hace pensar, por memoria asociativa, en asesinos seriales. También nos recuerda que en otros siglos la literatura por entregas tuvo mucho auge, a tal grado que constituye una modalidad conocida como literatura folletinesca. Ahora hablamos de literatura bloggera.
El lector de esta antología quedará gratamente sorprendido conforme avance en la lectura de los veintitrés relatos aquí presentes, pues entre ellos no hay parecido. Son completamente imprevisibles, tanto en su temática como en su estilo. Nos encontramos frente a una serie imprevisible de narraciones completas en sí mismas.
Destaco que hay un relato cuyo final me parece políticamente incorrecto y hasta de mal gusto, sin embargo aquí –en al arte– no hay censura. Porque si la hubiera estaríamos perdidos. Hay que salvaguardar a toda costa la libertad de imaginar y expresar. El relato en cuestión alude a un gobernante de barba larga.
En este festín de historias encontraremos de todo: desde lo cotidiano hasta las situaciones más inverosímiles. Hay variedad de latitudes y épocas. Desfilan por estas páginas niños que viven una realidad fluctuante entre lo real y lo maravilloso, aunque lo real termina por imponerse. Conoceremos de las angustias y esperanzas del escritor novel, la joven promesa. Seremos partícipes de la sentida invocación a un amor juvenil, con elementos de iniciación sexual. Escucharemos la conversación melancólica de un travesti que corea canciones en inglés.
Incluso daremos un paseo por un zoológico neoyorquino, donde inesperadamente se rinde homenaje a Bukowski. También dirigiremos nuestra atención hacia los desposeídos y explotados. Observaremos la inusitada historia de amor que acaece en un cementerio romano. Seremos testigos de varios suicidios ejemplares. Recordaremos a la poetisa que se sumerge en el mar para morir, y otra mujer –homónima– que se arroja desde las alturas, portando a su pequeña nonata en el interno mar amniótico.
Veremos el mundo con los ojos de un gato, y asistiremos a su cruel venganza. Visitaremos una casa de citas en la que se cumplen fantasías sexuales. Mitigaremos la soledad de una vieja cubana. Descubriremos cómo hacer amistad con un espectro. Aprenderemos a alargar el día viajando en avión, gracias a las diferencias de los husos horarios. Nos sorprenderemos de la confusión involuntaria que pueden crear las palomas mensajeras.
Nos estremeceremos con el drama de un líder religioso y su familia. Descifraremos los rituales de iniciación de una pandilla. Compadeceremos a un escritor cuya esposa enloquece hablando con los ángeles. Quedaremos pasmados ante los alcances de una mujer devota. Veremos la desolación de la guerra –en la que todo lo sólido se desvanece en el aire–. Escucharemos los devaneos de un hombre convaleciente.
En fin, aquí acontecen aventuras a granel. Y cada una tiene múltiples matices. Todos los colores están presentes. Los escritores seriales aquí reunidos conocen su oficio: saben causar asombro. Para iniciar el viaje imaginario y disfrutarlo basta con seguir leyendo las siguientes páginas.
Prólogo a Escritores seriales Antología que este viernes 6 se presenta simultáneamente en Monterrey y el DF.
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