EL DERECHO DE AUTOR: EL GRAN INVITADO A LA FIL
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la segunda más grande del mundo, es un espacio óptimo para los negocios que fortalecen a la industria
Aunque nunca se mencione, el principal invitado de la Feria del Libro de Guadalajara es el derecho de autor. Sin los contratos firmados con los escritores no sería posible publicar y vender novelas, cuentos, ensayos, consideró José Luis Caballero, representante de Jalife Caballero Vázquez & Asociados, una firma de abogados que trabaja con derechos de autor y que asiste año con año a la fil.
Quizá la cara más popular de la Feria es la venta y presentación de libros, pero hay otra: es un espacio donde los profesionales del sector se sientan cara a cara para realizar las negociaciones que se transforman en la gasolina que permite que el motor de la industria se eche a andar.
El Área internacional de Expo Guadalajara es la zona donde con mayor frecuencia se puede ver a los profesionales trabajando; este año se dan cita más de diecisiete mil expertos provenientes de cuarenta países: parece una torre de Babel, con libros publicados en lenguas variadas.
El Salón de Derechos es uno de los sitios más importantes de esta área. La Feria del Libro es la única en letras hispánicas que tiene un espacio como éste, así conjuga en un mismo lugar las dos caras de la moneda: la venta de ejemplares al público y la negociación de derechos de autor.
“Esta feria ofrece una opción única e irrepetible durante el año para acercarte con la gente indicada para hacer negociaciones. Este salón es un gran indicador de la importancia que la fil tiene”, explicó Caballero. Nicole Witt, una agente literaria alemana, tiene cinco años viniendo a la fil de Guadalajara. Ella aprovecha este espacio para varias cosas: hacer contacto con los autores que publican en su editorial, buscar títulos que le interesan, ofrecer los títulos de su catálogo y hacer contacto con colegas, además de divertirse mucho, por supuesto.
Pocas son las negociaciones que cierra en fil, pero su labor es imprescindible para su trabajo futuro: “Aquí hago los contactos, después regreso a mi oficina y mando los textos, la carpeta de prensa y después espero a que el interesado tome una decisión. Hay veces que vengo un año y al siguiente se cierra el negocio. Este trabajo requiere fundamentalmente dos cosas: pasión y paciencia”.
Tanto Witt como Caballero coincidieron en que las mesas de negociaciones, en cuanto a la compra y venta de derechos, tienen un nuevo elemento, crear las condiciones contractuales necesarias para la digitalización de libros: “La distribución digital no data de más de cinco años. Hoy en día toda negociación de compra o venta de derechos está considerando la presencia digital como un elemento más del contrato”, detalló Caballero.
Rakesh Kumar toma café sentado en una mesa colocada en su stand. Él es el presidente de Multicultural Books&videos. La primera vez que asistió a la fil fue en 1997: “¡Ya van doce años, esto ha crecido bastante!”.
Su labor en fil es comprar y vender libros y dvd para los bibliotecarios estadounidenses y para su propia distribuidora: “La fil es un gran espacio porque tenemos clientes que sólo compran cosas de aquí”.
Él es el intermediario entre los que quieren vender textos y los que quieren comprar. Lo más problemático de su oficio es precisamente la negociación, porque no hay precios ni descuentos fijos y cada año tiene que comenzar de cero.
Una cantidad de títulos apabullante converge en la fil, por lo que un referente indispensable para que el bibliotecario no se pierda, es la existencia del Salón de Novedades, antes llamado Salón del Libro.
“El Salón de Novedades es una excelente brújula porque ahí está lo mejor de lo mejor. Sin él, un docente o un bibliotecario que participe en una feria de esta envergadura podría sentirse aturdido”, consideró Karina Fracarolli, directora editorial de Comunicarte, una empresa argentina.
Su objetivo en esta edición de la fil es mejorar los canales de distribución para su editorial en México y otros países de Latinoamérica: “Esta feria nos permite tener una medición bastante precisa de la temperatura de la edición latinoamericana. Participo siempre en el Foro de Editores, comparto títulos de otras editoriales que nos interesan, los de nuestro catálogo”.
Uno de los gremios más encubiertos en el mundo editorial es el de los traductores. Ellos también tienen presencia en fil: “Hay veces que nosotros leemos libros que nos gustan, buscamos y vemos que no hay ninguna traducción. Aquí podemos contactar directamente con las personas indicadas y ofrecerles la traducción, además, la gente en fil está muy receptiva. De otra manera, si buscas a un editor, no pasas del escritorio de la secretaria”, comentó Mercedes Guhl.
En la actualidad, los traductores pugnan porque su trabajo sea valorado, gracias a él los títulos pueden ser leídos en una lengua diferente a la de origen. Año con año organizan un congreso para especializarse, pero desde que se realiza en fil han visto un enorme crecimiento.
El anterior es un somero acercamiento a esa otra cara de la Feria del Libro de Guadalajara, en la que gente apasionada por los textos trabaja para que sea posible pasar una tarde frente a una taza de café leyendo un buen libro.
(Boletín de prensa de la FIL.)
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