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PERIODISMO Y CULTURA, SEGÚN EL HUMILDE DETENTOR
Gerardo López Moya

Adelantándome. Y adivinando la mecánica de esta mesa, quisiera ser muy breve, pero sin duda quedaré más como esperanzado en mi “despotismo romántico” para poner en la mesa dos temas muy sencillos y baratos, económicos:

1.- Los invito a replantearnos qué es Cultura o qué creemos cada quien que significa para nosotros. Esto sin duda puede parecer baladí entre legos y especialistas. Pero se me ocurrió que:

Cultura es además de mil definiciones válidas, enciclopédicas y filosóficas, también:

Una manera de ver a los demás. De cómo vemos a los demás, qué son los demás y qué es uno en relación a los otros. La Cultura vista de esta manera tan simplista en lo aparente será más humanista y global o humanista en lo individual. Más buscando la beca, el Nobel o más intentar ayudar a los que menos saben, a los que menos tienen acceso al conocimiento, la crítica y la diversión.

Sí, porque parece que hemos decidido la vocación en relación a los demás, a difundir “la cultura” más o menos en relación a los demás o en relación a nosotros mismos. Aparentemente entre más tiempo tiene el periodista cultural en estas lides más pretende(mos) el reconocimiento y menos se ofrece al discurso público.

Así: la Cultura también es algo que nos enfrenta a una pregunta: ¿el Periodismo Cultural? Sí, para qué, desde dónde y para quién.

2.- Estos que están aquí y el humilde servidor.

En el Monterrey del cambio de siglo los esfuerzos de los equipos que aquí representan sus capitanes es más que loable, admirable: Luis Lauro, José Jaime, Xardiel, ahora Araiza –sin olvidar al eterno Arnulfo- y el humilde detentor de la palabra (ja) pretendemos sembrar y difundir conocimiento, crítica y divulgación de la duda.

Entiendo y admiro lo que hacen mis compañeros, les pongo desde ya un altar, aunque íntimamente comparto nuestras diferencias: a todos más o menos nos parece aburrido lo que hacen los otros. A todos, más o menos nos simpatiza más nuestro proyecto y por eso somos competencia, y por eso también somos amigos; eso es absolutamente natural y sano, como la libre competencia y la libertad de opinión. Salve a la Rocka, Posdata, Los Tubos, Oficio, La Quincena, Pantagrúelica y hurra a Taller Abierto.

Como me toca hablar por mí y no por los demás, quiero señalar que en Taller Abierto, la apuesta televisiva, igual que nuestra revista, que aunque no sale con regularidad, de todos modos ya llevamos 24 números y más o menos 250 mil (cifra demasiado humilde) ejemplares distribuidos gratuitamente; nos parece necesario tener siempre una pata, un pie en la tierra. Sabiendo y nunca olvidando que aquí lo que rifa es la música grupera, las sectas, las telenovelas y la desconfianza al rollo sangrón y mareador.

Yo, “evidentimenti” (dixit Roberto Hernández Jr.) también soy sangrón rollero, grupero, telenovelero, sectario (me gusta más Sabina, Beatles, Meza y Camilo Sesto que Roxi Music, Depeche, Esthelita Núñez y Agustín Lara), por eso me hago al lado de los ignorantes, los que quieren entrar a la fiesta y no saben que existe, los que pagan impuestos pero no les toca beca y los que no tienen un hermano dueño de un periódico, o varios.

El conocimiento es una circunstancia de azar: hay que divulgar, invitar, seducir, hacer trampas para acercar a la gente a Schopenhauer y a Kant, pero también a Don Juan, Dumás, Hesse y a Rigo. En Taller Abierto pretendo ser cómplice –porque entiendo perfectamente- a los que les parece mamón el statu quo que divide a los que saben de los que no. En esta ciudad es necesario, hace 20 años y ahora más, desentrampar el discurso, hacer una cultura para todos. Resolver lo que el Forum y el Ballet, la Opera, los que mataron el Museo de Monterrey, los que traen a Botero y los que hacen La Tempestad y hacían Velocidad Crítica, los que hacen el torneo de tenis, La Mandarina, La Nuez, la Mecedora y Magenta: les falta invitar más y mejor. A los que quieran, yo les ayudo, si quieren.

El periodismo cultural sí existe, Xardi. No le digas a la gente que le das lo que quiere porque así piensan los editores de El Sol, el Extra, Pedro Torres y los weyes de la Academia. Para diversión y cultura, los Tigres del Norte en la Expo hasta las nueve de la mañana.

Los que no saben, también saben. Los que dicen “esto es aburrido”, siempre tienen razón. El arte y la cultura no sirven si no son atractivos.

Me callo porque ya hablé mucho.

* Versión revisada de la participación del autor en la mesa “Periodismo cultural en NL”, organizada por Gargantúas, espacio cultural, el miércoles 27 de noviembre.

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