|
SÉPTIMO PURGATORIO
Ricardo Díaz Vázquez
Hay quienes dicen haber estado en el séptimo cielo, otros han escrito sobre nueve infiernos. Nunca me ha quedo claro por qué enumeran más infiernos que paraísos, será porque al igual que en los aviones de pasajeros, hay mas asientos de clase turista que de primera.
Si la iglesia católica desapareció por decreto el limbo, lo que no puede desaparecer es el purgatorio y ése no es necesario pasar a otra vida para experimentarlo. En toda actividad humana, ya sea laboral, educativa, familiar o social, existe uno o varios purgatorios. En especial en las instituciones relacionadas con el sector salud oficial. Ahí, por igual, pacientes y familiares que deben de acompañarlos para realizar labores de atención al mismo, sufren un purgatorio clasificación “Liga Premier”. Imagino que los trabajadores de los centros hospitalarios dirán lo mismo sobre las condiciones de trabajo, pero ellos no caben dentro de esta reflexión porque son los únicos que llegaron ahí por elección propia, todos los demás no.
Pasada la carrera de obstáculos del tortuoso proceso de ingreso, el siguiente impacto es el sacrificio de la privacidad, en aras de ganar espacio para admitir mayor número de derechohabientes. Dentro los pacientes, al estar todos hermanados por el vínculo común de la enfermedad o el accidente, florece entre ellos un sentimiento de solidaridad. Eso es parte de lo poco rescatable, dentro el descanso es un lujo confiscado por igual, ya sea por la verificación periódica de la presión, temperatura, administración de medicamentos, por quejas de otros pacientes ante dolores reales e imaginarios, del cuerpo o de la mente, del presente o pasado. También arranca el autoconsuelo que da un alivio virtual, generado a partir de ver la situación de los otros, el quebrado de brazo se siente mejor al ver al de cadera fracturada, éste con el enyesado de la espalda, que mira compadecido al que le amputaron un miembro, este último piensa en el que falleció. Tres veces al día, los alimentos les recuerdan que la sazón es privilegio de los sanos. Dentro de las mentes se repasan las acciones cometidas a lo largo de la vida, buscando dar con la que justifique la razón de por qué se esta internado, ya sea por intervención quirúrgica programada, accidente o deterioro de la salud. Las respuestas deben estar en algún lugar, pero estoy seguro que no es aquí, en el séptimo piso del llamado antiguamente Hospital de Zona.
diaz.vazquez@gmail.com
Para compartir, enviar o imprimir este texto,pulse alguno de los siguientes iconos:
¿Desea dar su opinión?
|
|